jueves, 29 de octubre de 2009

Escena con soundtrack

Casi de película: una tarde de otoño, el viento, nuestros abrigos pseudo parisienses, luego de un café. Una lágrima, un abrazo apretado, cariñoso, pero fulminante. "No eres tú, soy yo", un clásico. Agustinas con Brasil como escenario del fin, del fin de todo. Su rostro contra el mío, sus ojos verde oscuro, el último beso... el momento que quise extender por milenios.
No podía ser tan cliché. Cual parodia yankee, nada mejor para matar el clímax que un grupo de punks de lo más rudos, muertos de la risa por la escena cursi, cantándonos a gritos desde la otra vereda: "¡Perdóname... perdóname...!"
Broche de oro es quedarse corto.


(Cuento breve que había escrito para el concurso de "Ciudad Propia" pero que se me olvidó mandar... en fin. Anécdota real que nos pasó con Pancho aquel día... la tomé prestada, je... mejor pedir perdón que permiso, no?)

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