Qué día más pal pico, me siento destrozada. Justo cuando pienso que las cosas van mejor, se me viene todo abajo, todo de una!!!
Me pasé el fin de semana en el lugar donde empezó todo, pero esta vez estaba sola. Viajé en el bus sola escuchando la primera canción de nosotros, me senté en el columpio sola, me acosté en las hamacas sola, en el pasto de la parcela de la Vale sola... y nada era igual, la nostalgia me atacó con toda la cuática y me fui a la chucha. Más aún, la confusión por qué hacer de mi vida crece día a día porque descubro que ni en mi interior tengo claro lo que quiero, mis prioridades y mis vocaciones.
Lo que me hizo reventar en este momento y que me está haciendo apenas ver lo que escribo de las lágrimas es que este maricón de mierda me borró del Facebook, que puede sonar una wea, pero significa que me está mandando a la chucha de la manera menos diplomática posible, y gratuitamente más encima... Como si ya no me hubiera hecho sufrir suficiente pa ponerlo todo peor en el momento en que estoy más pa la cagá. Lo odio, lo odio por romperme el corazón todavía, porque no me ha dejado dormir, reír ni vivir tranquila estos últimos seis meses, porque me ha hecho llorar como nunca había llorado en mi vida, porque me ha hecho sentirme la mierda más mierda del mundo, porque me ha hundido en un hoyo del que no sé cómo voy a salir, porque me ha hecho perder la fe en la vida, en el amor, en todo... hasta en Dios. Lo odio. Porque todo esto le importa una callampa, que yo me pudra en el infierno más monstruoso que exista, le importa una raja... total, él está filete, y el amor que dijo tenerme, todo el cariño y el aprecio se lo mete por donde se le antoja y me aniquila, sin ningun remordimiento, sin culpa, sin nada, el muy conchesumadre...
Ojalá esto ya no me afectara, pero me duele tanto como el primer día, me sigue rompiendo el corazón que ya no tengo, me sigue hundiendo cuando ya no me queda aire. Lo odio. Lo odio.
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