domingo, 1 de agosto de 2010

Mala volá

Literalmente. Estos días que anduve en Viña con mis nenas fueron... mmm... raros. No es que no lo haya pasado bien, lo pasé igual súper webeando con ellas y todo (con papas fritas quemadas, panqueques quemados, jugo desabrido, ñoquis blandengues y todo eso), pero hubo cosas que me descompensaron un poco y me hicieron darme cuenta de que por más que quiera que así sea, ya no somos las mismas de antes. Y no volveremos a serlo tampoco... lástima que tampoco me pegué el avispazo de la mejor forma posible. No sé, estando sobre todo con la Vale, cuando estábamos solas (la Angeles todavía no llegaba), me di cuenta de que eso no era lo que yo quería vivir... no estaba ni ahí con levantarme y volarme, con fumar todo el día, no sé, ni ahí con volás tóxicas... Y me di cuenta de esa manera tan poco agradable que me costaba cada vez más encontrar los rastros de mi vieja amiga en esa fumeta buena onda que se reía conmigo. Fuera de todo, yo también me metí un rato en la cuestioncita pa tratar de ver si enganchaba con su onda, y resulta que casi me fui en pálida y me sentí pésimo en muchos sentidos. Realmente mala volá... no es lo que yo quiero. Nunca más.
Me da pena pensar que tenía hartas expectativas puestas en este viaje, pensé que nos ibamos a reencontrar como antes (tomando leche, comiendo galletas Frac y viendo "La Chica de al Lado" como lo hacíamos siempre que nos quedábamos las tres juntas), pero resultó que simplemente me pegó como un guate no solo el olor a yerba sino también la nueva realidad que estábamos viviendo cada una, y que ya no era lo mismo. Me he decepcionado un poco... pero bueno, así es la vida, la gente cambia, la gente crece... Solo sé que no es la onda que quiero tener, no quiero meterme en esa volá. Estoy bien así, gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

marcando territorio

Todo lo que está escrito en este blog son pedazos chorreados de mi propia conciencia (o inconciencia) y tengo todos los derechos del mundo sobre mis palabras, ok?
Prohibido copiar, plagiar y/o imitar mi súper estilo, mis ideas o cualquiera de las huevadas que hablo, porque mis pensamientos son únicos, y al que no le guste, chabela.