jueves, 17 de febrero de 2011

Ecología vs. Naturismo

Estos últimos 10 días anduve de vacaciones por el norte chico. Valle de Elqui, Punta de Choros y todo el sector de Coquimbo y La Serena. Obviamente me fui en la volá pensando cosas, sobre lo hermoso que es nuestro planeta, que es Chile, y qué hacer para conservarlo en su máxima pureza. En la primera parte de mi recorrido, en Elqui, me encontré rodeada de vestigios diaguitas en cada pueblo que pisé. Artesanía en barro, los clásicos dibujos y jarros pato. Anduve una noche también en el observatorio Mamalluca, donde el conectarse con las estrellas y ver el cielo desde donde nuestros ancestros lo veían en medio de ese valle fue algo cuático. Ahí, en toda esa onda, me vienen los sentimientos puramente naturalistas... Naturalistas, de vivir como lo hacían nuestros ancestros, de la tierra, construyendo casas de palos y barro, cultivando y criando ganado, tejiendo las ropas para vestir, cocinando con fuego... en fin, volver a lo natural, como se diría. Y es que ahí se respira eso, eso indígena que nos hace querer ponerse a hacer jarros de cerámica y trasquilar guanacos, qué se yo.
Punta de Choros fue el siguiente paso. El viaje recorriendo las islas en bote (que lo recomiendo es que totalmente), es realmente místico. No hay como ver a los delfines nadar al lado tuyo, a los pingüinos intentando saltar de una roca a otra con sus potitos gorditos y sus patas cortas, a los pájaros criando sus pollitos, a los lobos de mar en su salsa con la guata al sol, tirados en las rocas. Pureza. Es la manifestación más viva de nuestro biosistema en funcionamiento. Ahí, mirando a los animales vivir, mirándolos en su hábitat, te da rabia con todo... Surge ese sentimiento incontrolable de protegerlos, de que nada ni nadie altere su ciclo maravilloso, su belleza, que es absolutamente natural. Dan ganas de que la raza humana desaparezca y los dejemos tranquilos de una vez, porque son tan dueños de su pedazo de roca en medio del océano que me sentí indigna siquiera de asomarme a su morada. Y es que la tierra es tan de ellos como nuestra, pero a veces parecemos creernos lo más importante de por acá. Craso error.
A esas alturas, ya estaba enfrentando mis dilemas internos acerca de nuestra existencia e influencia en el medio natural, pensando que todo sería más fácil si fuéramos unos cuantos y viviéramos en medio del bosque, como en edades ancestrales... pero siendo que la evolución e incontrolable multiplicación de los seres humanos es algo inevitable e irrevertible, hay que encontrarle una solución al problema. Una que sirva, y que sea viable. Y en eso, pasamos en la carretera frente a un parque eólico, Totoral, con sus 40 molinos girando al viento entre el camino y el mar. Ahí está. Energía limpia. Tecnología. El conocimiento y el desarrollo humano en beneficio nuestro y cuidando de alterar el medio lo menos posible. No es que no lo haya pensado antes, obvio, si hasta tomé un curso de eso para este semestre... es que en ese momento me di cuenta de la diferencia entre ser Naturista y ser Ecológica... O sea, somos todos verdes, eso está claro, pero ahí es donde empieza el dilema, porque vivir "a lo natural" con lo avanzada de nuestra civilización (me refiero a la cantidad de gente y lo esparcidos que estamos) no es viable seguir ese camino, porque si miramos un poco para atrás no más, en la Revolución Industrial, fue justamente esa forma natural o antigua de obtener energía y de hacer funcionar las cosas que, siguiéndole el ritmo a la creciente economía, dejó la mansa cagá ambiental en todos lados... Europa deforestada, enfermedades respiratorias a causa de la quema de carbón, contaminación en las ciudades por el uso de chimeneas, etc.... Al final, tratando de sacarle los recursos a la tierra, por muy natural que sea, la vamos a dejar seca, muerta. Y digo sacarle, no sacar... porque estamos sacándole cosas que no somos capaces de devolver. No al mismo ritmo... y por muy natural que sea, quemar palos en la casa para cocinar a leña le hace un daño tremendo al medio ambiente. Ahí es cuando pensé que la ecología es el tema en verdad... al menos cumple lo que se le pide, alterar lo menos posible. Porque no podemos ser tan cerrados, de alguna forma hay que abastecer a la población, de algún lado hay que sacar energía para hacer funcionar todo. Y pa eso usamos la cabecita, para idear formas de obtener energía de lo que la tierra nos otorgue, pero sin alterarla, sino dejando la energía fluir nada más. Eólica, solar, mareomotriz, geotérmica. Limpias. Usando nuestro intelecto y el desarrollo tecnológico más avanzado que podamos lograr, en beneficio de nuestra mamita tierra. Si al final, tenemos la cabeza pa usarla. Aunque para muchos la tecnología significa algo malo... de ahí sale el dilema entre si la idea es seguir lo natural y, por decirlo así, nuestro instinto, viviendo con lo que podamos sacar de la tierra, o si queremos cuidar el planeta y mantenerlo lo más inalterado posible, usando todas las facultades que tenemos para ello. Yo me voy por lo segundo, aunque sin olvidar que, al final, somos parte de la naturaleza y de este ecosistema de Gaia, y que cuidar a la madre no basta, hay que escucharla también... Hay que sentirla.

2 comentarios:

  1. Nunca me habia detenido a leer tu blog Javi! y ahora que lo hice no pude evitar presionar el boton seguir. Besitos!

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  2. jajaja gracias candy querido! :)
    algo de sentido tienen a veces las boludeces q escribo xD

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marcando territorio

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