jueves, 27 de mayo de 2010

Tírate de un puente!!

Tengo ganas de pegarle a alguien... maldición!! Por qué las cosas nunca me resultan, por la recórcholis!!!! A la vida le encanta pegarme cachetadas (y ahora que lo pienso, no le debe ser difícil considerando el área de mis cachetes... con razón!) y apalearme sin piedad...
Es que acaso la tranquilidad y la felicidad eufórica no pueden durar aunque sea un poquito?? Ni siquiera alcanzo a disfrutar el momento!!! Es que acaso nadie puede querer jugársela de verdad?? ... aperrar un poquito, querer tirarse el piquero, vivir la aventura, algo?!?
Le tenía fe a esto, de verdad que sí... pero estoy tan cansada de tener que hacer todo siempre yo, de mamarme siempre yo todas las cosas amargas pa que la cosa algún día tal vez pueda resultar... bancarme mil cosas desagradables, esperar hasta el infinito candado, aceptar que me pisoteen, que me desvaloren... no vale la pena!!!
Tú!!! Por qué mejor no te tiras de una ventana y se acaba la cuestión?!? No estoy pa pendejadas, por favor no, no a estas alturas... No sé si pueda aguantar eso de nuevo. O sí, o no, pero si vas a hacer algo hazlo bien y decidido... no estoy pa tu webeo, yo sí tengo sentimientos.

lunes, 17 de mayo de 2010

Con el poto a dos manos

No sé por qué tengo el talento natural para arruinar siempre las cosas! Y no puedo evitarlo, por mucho que lo intento, siempre lo arruino todo... Cada vez que algo me emociona, o me importa mucho, por alguna razón siempre encuentro la frase o la forma perfecta de estropearlo y hacer que salga huyendo de mí!!!
Hasta ahora no sé si lo habré arruinado todavía... lo cual sería todo un record, si se trata de mí. Y es que soy como un bebé: completamente torpe, pero extremadamente ansiosa e impulsiva. Como que mis tiempos son más rápidos que los de la gente normal y suelo no darle tiempo a las cosas para que pasen, suelo pasarme millones de rollos esperando respuestas y presionar mucho a la gente... no quiero hacerlo!!!
Quiero darle tiempo, tiempo al tiempo, tiempo a que las cosas fluyan, quiero ser libre y dejarlo ser libre... en verdad quiero que todo salga bien, en verdad no quiero ser como siempre he sido, quiero cambiar eso y hacerlo todo diferente... quiero que salga bien, que sea sano, verdadero, real.
Si lo he arruinado, no lo sé... realmente espero que no, no de nuevo!!! Pero el miedo es muy grande... A partir de ahora, me tomaré las cosas de manera diferente... que la vida se encargue, a vivir el vértigo de no poder manejar la situación, a dejarse llevar. Que sea lo que tenga que ser...

domingo, 9 de mayo de 2010

Mi único norte

Ayer me tomé, como hace mucho tiempo no lo hacía, un momento para mí, un momento para caminar tranquila por mi ciudad y pensar, más bien reflexionar y digerir la dirección de mi vida... Qué cuáticamente filosófico, pero era necesario.
Después de masticar las cosas un rato y ordenar realmente lo que siento y lo que quiero, me di cuenta de que lo que extraño no son las humanidades en sí, lo que extraño verdaderamente en mi vida es lo que me provocaba estar dentro de ese ambiente: sentir, soñar, vibrar con lo que hacía, conectarme con el fondo de las cosas... vivirlas con pasión. Eso que siempre fue una característica tan propia de mí y que ahora que me veo rodeada de cosas insípidas, muertas y duras se ha ido enterrando cada vez más hondo, más lejos... y comencé a necesitarlo.
No volveré a perder mi norte por las cosas que me rodean. No más, me hace daño. No volveré a influenciarme por mi medio, no dejaré de pensar y sentir nunca más. No me desviaré de mi camino otra vez... no quiero volver a extrañarme a mí misma.

miércoles, 5 de mayo de 2010

I

No podía siquiera moverse bajo esa gruesa manta de lana que le envolvía el cuerpo. No oía nada más que el sonido de la lluvia chocando contra el cristal de su ventana y el crepitar de los maderos ardiendo en la chimenea. No olía nada más que lana húmeda y un dejo de tarta de manzana que emanaba de la cocina. No veía nada más que el fuego frente a sus ojos lamiendo los ladrillos, y el reloj que colgaba de la pared moviéndose a cada segundo, anunciando a cada instante el continuo avanzar del tiempo, lo único que parecía avanzar, siquiera moverse, en aquella abrumadora quietud.
Miró hacia el lado y vio a su hurón enroscarse plácidamente en un cojín sobre la alfombra, mientras dormía disfrutando del calor de las llamas. Tomó un libro y, luego de intentar leer un par de páginas, en vano, decidió incorporarse para ir a la cocina a tomar un pedazo de la tarta cuyo aroma la había estado tentando insistentemente. La cocina estaba fría. Cogió un trozo particularmente grande y volvió deprisa a su cómodo sitio junto a la chimenea. No le gustaban las tardes de invierno, siempre le había parecido aburrido el hecho de verse obligada a mantenerse dentro de la casa, los pasatiempos hogareños típicos de las mujeres le parecían repugnantes, y tampoco se había acostumbrado al frío. Había estado tanto tiempo lejos que había olvidado esa sensación.
El reloj seguía donde mismo, mostrándole casi burlescamente que el tiempo pasaba mucho más lento de lo que quisiera. El hurón a su lado parecía inmutable, indiferente a su situación. Llevaba días en lo mismo, mirando taciturna las llamas de la chimenea, deseando abandonar pronto aquel refugio novelesco y aquel diluvio incesante.
Casi dormitaba cuando golpearon a la puerta. Llamaron tres veces y luego un sobre se deslizó por abajo. Con gran pereza se levantó de su asiento y lo cogió, lo miró por ambos lados y lo abrió. Adentro había una sola hoja, la desdobló y la leyó: "Es la hora”. Al fin. Esbozó una sonrisa, arrugó la hoja y miró al hurón, que aún dormía. No por mucho tiempo. El viaje estaba a punto de volver a comenzar.

marcando territorio

Todo lo que está escrito en este blog son pedazos chorreados de mi propia conciencia (o inconciencia) y tengo todos los derechos del mundo sobre mis palabras, ok?
Prohibido copiar, plagiar y/o imitar mi súper estilo, mis ideas o cualquiera de las huevadas que hablo, porque mis pensamientos son únicos, y al que no le guste, chabela.