El efecto que esta nueva etapa ha tenido en mi vida ha sido súper cuático... no en la personalidad, sigo siendo la misma mongola mamona de siempre xD... El cambio se está haciendo notar en otras cosas.
El ritmo de la U ha absorbido mi tiempo de una manera que no llegué a dimensionar sino hasta que estuve inserta en el torbellino en que estoy dando vueltas ahora... cada día mil cosas nuevas que asimilar, que entender, que aprender, que incorporar. Caída libre... sin velocidad inicial, sin vuelito, directo hacia el suelo con aceleración constante. Directo a estrellarse cada vez más rápido... ahora es cuando hay que repuntar.
Y también me siento caer en otro sentido... aunque en un sentido mucho más agradable. Me siento volver a nacer, siento que me regalaron un corazón formateado con mucha capacidad de almacenamiento (me puse matemática pa mis metáforas... efectos secundarios), que estoy empezando a llenar de nuevo. He vuelto a sentir esas cosas mágicas que me hacían retorcer la guata, he vuelto a soñar, a volar, simplemente a sentir algo que pensé que jamás volvería a sentir... algo que se había podrido hace tiempo. Y así me siento también en caída libre... con ese vacío en la guata que te da cuando caes, ese mismo vacío que me invade cuando está cerca... el más puro vértigo de un sentimiento que acelera constantemente y que crece a cada segundo. El regalo más lindo de esta etapa.
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