domingo, 30 de noviembre de 2008

Cuentos del árbol

Otoño:

Sonaban las cuerdas de su guitarra al compás de mi cantar. Eran mi voy y su melodía una única armonía. La noche en que vinieron por mí, con dolor en el pecho y a gritos de muerte mi voz debió disonar.Aquel acorde de su guitarra no se oyó más.

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Primavera:

Manuelina caminaba y su sombra la seguía. Segura se sentía al tener su compañía. Justo al mediodía frente a un espejo pasó, y completamente horrorizada al ver su reflejo exclamó: ¡Auxilio! ¡Ayuda! Que mi sombra se ha dado a la fuga.


El Árbol de los Cuentos

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marcando territorio

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